Tuesday, December 06, 2005

ANNIHILATOR - Waking the Fury

67.
2002
Canadá
Thrash Metal
****
Esta nueva entrega de la banda canadiense liderada desde siempre por el guitarrista, compositor, productor y a veces vocalista Jeff Waters, resulta todo lo que uno esperaría de un buen álbum de Annihilator, y más. El disco tiene varios puntos en los cuales vale la pena detenerse. En primer lugar, el vocalista Joe Comeau, que ya venía participando en la banda desde el disco anterior, Carnival Diablos, es para mi gusto, el mejor vocalista que ha cantado en Annihilator en toda su historia. Tiene un vozarrón comparable con los de Rob Halford y Bruce Dickinson. Si prestan atención a las canciones notarán la influencia de aquellos míticos cantantes en el estilo de Comeau.
Por el lado instrumental, los esquemas son efectivos, directos al grano, sin grandes complicaciones, pero con el tecnicismo y virtuosismo en la guitarra de Waters que son parte de su sello propio. También se notan algo de influencias noventeras, como pueden notar con el tema My Precious Lunatic Asylum, que parte de forma muy parecida a como lo hace el tema In the Rainy Season del primer disco de Strapping Young Lad. Pero a pesar de esos toques modernos, todo está hecho de tal manera que en ningún momento perdemos la noción de que se trata de Annihilator. El sonido inconfundible de la banda se plasma y extiende a través de los doce temas de la placa sin perderse el hilo conductor de violencia sónica.
Lo mejor de este álbum es que no es una vuelta desesperda a Alice in Hell, como lo fue el disco Criteria for a Black Widow. Este es simplemente Annihilator 2002, y su disco Waking the Fury no pretende ser la continuación de nada, ni pretende revivir nada.
Los mejores temas del disco en mi opinión son: Ultra-Motion y Cold Blooded, quizás dos de los temas más brutales en toda la extensa discografía de la banda. Este último tiene una onda muy a lo Slayer, pero no se trata de una copia descarada. El corte rebana los sesos como si fuera mantequilla.
En resumen, un álbum convincente, de excelente sonido y que incitará más de algún mosh.