Wednesday, January 25, 2006

DARK ANGEL - Darkness Descends

216.
1986
Estados Unidos
Thrash Metal
*****
Es un placer para mí comentar cualquier cosa de estos monstruos del thrash, en especial si se trata de este gran álbum. Diez veces mejor que el malogrado debut We Have Arrived, Darkness Descends fue el trabajo que en definitiva lanzó a la fama a esta brutal banda. Tocando más rápido y más intensamente que todo el mundo, sólo Slayer, con su Reign in Blood, y Exodus con su Bonded by Blood podían hacerles el peso. Y es motivo de discusión entre thrashers entendidos decidir cuál de esas tres bandas era la más violenta. Para mi gusto, y por supuesto sin desmerecer a Slayer o Exodus, creo que Dark Angel es el rey.
Descargando a través de apenas siete canciones un asalto auditivo para el cual el mundo no estaba preparado en 1986, el álbum redefine el término “bulla”. Y no se trataba de cualquier bulla, más sí de un desplante técnico asombroso y un talento sin precedentes para entregar composiciones que 17 años después siguen sonando abrumadoramente aplastantes. Tema tras tema, Darkness Descends no para en su incesante e intenso machaque sónico, destacando entre otros, el tema homónimo, "The Burning of Sodom", "Hunger of the Undead", "Mercyless Death", y "Perish in Flames". Este último, su número más agresivo y que acertadamente cierra el álbum.
Por otro lado, la batería de Gene Hoglan se roba la película, tocando mucho mejor que el baterista Jack Schwartz del primer álbum, y el doble asalto en guitarras a cargo de Eric Meyer y Jim Durkin muestra una no despreciable cantidad de interesantes y asesinos riffs. Tampoco se quedan atrás ni Mike González, el bajista que reemplazó a Bob Yahn, quién estuvo en el primer álbum, ni Don Doty, esta vez cantando mucho mejor que en el debut. Su voz, a medio camino entre lo limpio y lo gutural calza a la perfección con el resto de los elementos. Hoglan, por su cuenta, no solo nos deja boquiabiertos con su deslumbrante técnica, sino que también nos sorprende con sus letras, muy locuaces, y definitivamente no la típica horneada de bandas del estilo.
Resumiendo, un álbum que sigue siendo ya pasados 17 años desde su aparición, una placa absolutamente necesaria e imprescindible dentro del thrash metal. Imperdible.