1988
Alemania
Hard Rock, Heavy Metal
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Cuando apareció este disco y los singles "Living Out of Touch" y “Get it On” se impusieron en las radios americanas (aquí en Chile también se escucharon) no pocos pensaron que se trataba de la vuelta en gloria y majestad de Led Zeppelin. Y era porque la voz de Lenny Wolf -cantante de Kingdom Come- se parecía en extremo a la de Robert Plant. Y no era sólo en timbre muy parecido, sino que Wolf imitaba también la forma de cantar de Plant, convirtiéndose en un calco casi perfecto. Así, al crear esta confusión, premeditada o no, Kingdom Come lograría ubicarse en el mapa musical, aunque a la larga perjudicaría al grupo una vez que la novedad empezó a pasar de moda. De hecho ya para el segundo álbum la banda había perdido lo que había ganado con el debut, desintegrándose para 1990. Wolf siguió manteniendo en vivo el nombre de su agrupación, reformándola, y editando Hands of Time el mismo año. Pero ya a esta altura Kingdom Come, o mejor dicho, Wolf, no tenía nada más que decir. Además por esos años el movimiento grunge empezaba a dar sus primeros pasos y aquello sepultaría las pretensiones de Wolf al menos en el mercado americano. Wolf se mantendría editando discos durante la década, pero no traspasarían las fronteras de su nativa Alemania en cuanto a impacto. Obviando el parecido en la voz a Led Zeppelin, se trata de diez buenos temas de vibrante rock and roll pseudo glam, pero con notable fuerza y garra, además de que el parecido a Led Zeppelin no va más allá de la voz, ya que en lo estrictamente instrumental esto suena mucho más hard rockero y diferente a lo que hacía Zeppelin. Mirando en retrospectiva este álbum y esta banda son parte de lo más freak de los ochenta y quizás, vaya a saber uno, Kingdom Come haya impulsado el nacimiento del nefasto movimiento de las bandas tributo. Dependiendo del prisma con que se mire, este álbum podría ser considerado como un trabajo de sólido hard rock o como verdadera basura que no merece siquiera el comentario.