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139.
1992
Estados Unidos
Clásica
****
Esta es la banda sonora de la película del mismo nombre inspirada en la novela de Bram Stoker. Me gustó esta placa ya que cumple fielmente con el propósito que creo debe tener la banda sonora de una película de terror, y es la de asustarlo a uno y generar una vibra oscura alrededor de la sala donde uno este escuchando la obra. Musicalmente el registro está muy inclinado hacia el lado de la música clásica, con excepción del último tema, a cargo de Annie Lennox (ex The Eurythmics), que con un corte derechamente pop, da la cuota de paz y sosiego con la canción acertadamente titulada Love Song for a Vampire.
En general toda la música es muy relajada y suave, pero a la vez sombría y tenebrosa, efecto que se logra con los tristes lamentos de violines, los sonidos graves de un piano espectral y voces fantasmales. Y como no, tampoco falta el inesperado corte que sigue con algo totalmente imprevisto.
En algunas partes recuerda un poco a la música de La Profecía, otra notable placa del séptimo arte que recomiendo a ojo cerrado.
Volviendo al disco que ahora ocupa nuestro tiempo, es recomendable que se escuche a altas horas de la noche, para así potenciar aun más el efecto tenebroso de la obra.
1992
Estados Unidos
Clásica
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Esta es la banda sonora de la película del mismo nombre inspirada en la novela de Bram Stoker. Me gustó esta placa ya que cumple fielmente con el propósito que creo debe tener la banda sonora de una película de terror, y es la de asustarlo a uno y generar una vibra oscura alrededor de la sala donde uno este escuchando la obra. Musicalmente el registro está muy inclinado hacia el lado de la música clásica, con excepción del último tema, a cargo de Annie Lennox (ex The Eurythmics), que con un corte derechamente pop, da la cuota de paz y sosiego con la canción acertadamente titulada Love Song for a Vampire.
En general toda la música es muy relajada y suave, pero a la vez sombría y tenebrosa, efecto que se logra con los tristes lamentos de violines, los sonidos graves de un piano espectral y voces fantasmales. Y como no, tampoco falta el inesperado corte que sigue con algo totalmente imprevisto.
En algunas partes recuerda un poco a la música de La Profecía, otra notable placa del séptimo arte que recomiendo a ojo cerrado.
Volviendo al disco que ahora ocupa nuestro tiempo, es recomendable que se escuche a altas horas de la noche, para así potenciar aun más el efecto tenebroso de la obra.