Sunday, December 18, 2005

CARCASS - Reek of Putrefaction

158.
1988
Inglaterra
Death Metal, Grindcore, Noise
**
"Frencied Detruncation"
, "Vomited Anal Tract", "Feast on Dismembered Carnage" y títulos similares, no son algo con lo que uno se topa todos los días. Carcass, la importante banda de Gore Death Metal juega con las temáticas más aberrantes y demenciales. Personalmente nunca me ha agradado la sangre, ni las temáticas sanguinarias. No es mi estilo. En fin, como sea, Carcass, que maduró tremendamente como banda hasta revolucionar el mundo del metal en 1994 con su excelentísimo y virtuoso Heartwork, empezó como lo que se escucha en esta infame y vomitiva placa; una muestra de caos musical que no se entiende y que resulta ser en extremo aberrante. Influye en esto que la placa no tenga un sonido limpio ni cristalino, pero así fue como se grabó. Suena como si se estuviera escuchando un ensayo en un sótano. Creo que este es el límite de bulla a la cual puede aspirar una banda, si es que se puede aspirar a tal cosa. Simplemente no se puede llegar a ser más desagradable que esto. Cero melodía, cero armonía, con excepción de algunos temas que se entienden algo. Esto es ciento por ciento grindcore demencial y ultra pesado.
Para que tengan una idea vaga de lo que se trata esta pieza “musical”, consideren que una licuadora moliendo piedras suena más agradable. ¿Quedó claro? Seguramente se preguntarán si me gusta esto. En realidad este álbum de Carcass, no, pero para los que estamos metidos en esto del metal, es necesario conocer los extremismos más absolutos del género para poder comentar con algún tipo de fundamento. Por ejemplo, yo no podría comentar a Slayer y decir que son la banda más extrema y pesada que existe, por que eso no sería cierto. O sea, hay que conocer, y esto existe, y quizás mucha gente apenas lo pueda entender, pero es un registro sonoro como cualquier otro y merece ser comentado. Además, es entretenido analizar cosas como esta, por lo menos yo me divierto, y al final de cuentas eso es lo único que importa. Volviendo al disco, basta escuchar dos temas y no vas a querer más guerra.